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EL NEOLÍTICO


Hace unos 10.000 años (8.000 a.C.), en una zona de Oriente Próximo regada por los ríos Tigris y Éufrates, conocida como el Creciente Fértil (zona que comprende el territorio del Antiguo Egipto, el Levante mediterráneo y Mesopotamia), se inició la producción de alimentos, es decir, la agricultura.
Esta nueva etapa de la historia de la humanidad se conoce con el nombre de Neolítico, que significa piedra nueva o piedra pulimentada.
  

LA AGRICULTURA Y LA GANADERÍA
Gracias a la observación de los fenómenos de la naturaleza a lo largo de los siglos, los hombres y las mujeres del Neolítico aprendieron que las semillas enterradas bajo tierra daban lugar a una nueva planta. Entonces, empezaron a cultivar cereales (trigo, cebada, centeno…) y legumbres (lentejas, guisantes…) de forma consciente para obtener cosechas con las que alimentarse. Fue el origen de la agricultura.
      

    
  

Del mismo modo, la observación de los animales de su alrededor permitió su domesticación y el nacimiento de la ganadería. Las cabras, las vacas, las ovejas y los cerdos fueron los primeros animales domesticados pero también perros y caballos.
 
 

Aprender a cultivar la tierra y aprenden a domesticar animales suponía que el hombre se tuviera
que quedar en un lugar determinado, es decir, a consecuencia de estos cambios los humanos del Neolítico pasaron de ser nómadas a ser sedentarios (sedentarización) y surgen las primeras aldeas con sociedades complejas.
    
 

NUEVOS ÚTILES Y NUEVAS TÉCNICAS
    
Los antiguos útiles de piedra tallada paleolíticas se sofistican puliéndose la piedra rozándolas con otras para obtener bordes más suaves.
Además, las nuevas tareas agrícolas hicieron necesaria la fabricación de instrumentos especializados como la hoz para cortar espigas y el molino de piedra para moler el grano.
La invención de una técnica nueva, la piedra pulida, que eliminaba las rugosidades de la superficie de las piedras, posibilitó la creación de útiles como la azada para cavar la tierra y el hacha para talar árboles.
También descubrieron cómo elaborar tejidos. Utilizaban un huso (para hilar) con el que convertían fibras naturales como la lana y el lino en hilos largos, y un telar (para tejer) que facilitaba el trenzado de estos hilos para elaborar una tela con la que hacer prendas de vestir.
El uso de piedras semipreciosas pulidas para elaborar joyas comportó el desarrollo de la minería.


  
 

 


 




La necesidad de almacenar, transportar y cocer los alimentos y los líquidos propició el desarrollo de la cerámica. Hombres y mujeres empezaron a modelar barro y a cocerlo a elevadas temperaturas para endurecerlo.
La cerámica estaba hecha de arcilla que es flexible y moldeable
Se usaba para muchas cosas: transportar líquidos, como aislante térmico, para cocer los alimentos y el agua y también para conservarlos frescos.
Un tipo de cerámica muy característica es la cardial decorada con la concha de un molusco llamado cardium.
  
 



En cuanto al arte se observa que, en el Neolítico, las pinturas ya no son tan realistas ni detallistas como en el Paleolítico sino que se vuelven más sencillas y básicas
Se da mas importancia a la escena que al dibujo. Aparecen más figuras humanas con escenas de sus actividades cotidianas y escenas de caza, luchas entre grupos, trabajos agrícolas o domesticación de animales
Suelen aparecer en abrigos y rocas al aire libre
Otra nueva manifestación artística de este periodo son los petroglifos, grabados sobre la roca que representan, de forma muy esquemática, símbolos, formas geométricas y líneas pero también animales y seres humanos.
   

LA DIFUSIÓN DEL NEOLÍTICO

Desde el Creciente Fértil, a través del mar Mediterráneo y siguiendo los cursos de los grandes ríos centroeuropeos, se produjo, a partir del VII milenio a.C., la difusión por Europa de las nuevas técnicas, útiles y modos de vida propios del periodo Neolítico.
Pero la agricultura, además de en la zona del Creciente Fértil surgió, de forma autónoma, en varias zonas del planeta más o menos al mismo tiempo:
  • El valle del Indo (India).
  • El valle del Huang He (China).
  • El valle del Song Hong (Vietnam).
  • Los altiplanos de Centroamérica (México).
  • La cordillera de los Andes (Perú).

  

LAS ALDEAS NEOLÍTICAS
 


La agricultura y la ganadería propiciaron el asentamiento de los seres humanos en aldeas próximas a los campos de cultivo y los rebaños. Al no tener que desplazarse en busca de alimentos, los hombres y mujeres se volvieron sedentarios.
Las aldeas neolíticas se situaban en elevaciones del terreno próximas a cursos de agua y solían protegerse con muros o fosos. En muchas de ellas se han encontrado silos excavados en el suelo para guardar el grano.
      

La cerámica, el tejido y la minería dieron lugar a la aparición de los primeros artesanos.
Estas aldeas eran autosuficientes, es decir, sus habitantes consumían casi todo lo que producían, aunque hay indicios de que existían algunos intercambios entre aldeas.

La aldea neolítica de Çatal Hüyük está situada en Turquía. Es una de las aldeas neolíticas más antiguas del mundo. Su origen se remonta a unos 9000 años. Comprendía más de 1000 viviendas y su población se estima entre los 5000 y los 10000 habitantes en su máximo apogeo.
Las casas estaban construidas pegadas unas a otras, sin calles, y se accedía a ellas por el techo, mediante escaleras. Estaban formadas por una sala que contenía el hogar y que se hallaba rodeada de habitaciones más pequeñas destinadas a almacén y a preparar la comida.


 

Algunas casas presentaban unas habitaciones muy decoradas que han sido interpretadas como pequeños santuarios. Las paredes contenían pinturas y relieves de cabezas de toro, figuras humanas y otros animales. No se trataba de un lugar público, sino que el culto se realizaba en familia.

En estos santuarios se encontraron unas estatuillas, elaboradas a menudo con barro, que se asemejan a las Venus paleolíticas. Estas diosas se asocian al culto a la fertilidad de la tierra para propiciar la abundancia de las cosechas. También se han descubierto, debajo de muchas casas, enterramientos bajo el propio suelo del hogar de los antepasados familiares.
  


EL PALEOLÍTICO


LA VIDA EN EL PALEOLÍTICO
Con la aparición de los primeros seres humanos se inició el primer gran periodo prehistórico: el Paleolítico, que significa piedra vieja o piedra tallada. En este período se sucedieron épocas de mucho frío (las glaciaciones) con etapas más cálidas. Los hombres y mujeres del Paleolítico vivían en pequeños grupos al aire libre, de la recolección y la caza y eran nómadas.

Para alimentarse, aquellos seres humanos tenían que recolectar frutos, pescar y cazar. Como no producían ni cultivaban aún sus propios alimentos decimos que practicaban una economía depredadora.
  • Cazaban animales, pescaban y recolectaban frutos.
Cazaban grandes mamíferos aunque también atrapaban insectos, reptiles y pequeños mamíferos.
De sus presas lo aprovechaban todo: la carne para comer, las pieles para abrigarse y fabricar vestidos, los huesos para hacer instrumentos (lanzas, raspadores, agujas) y los tendones para fabricar cuerdas. 
Para protegerse del frío, el calor o la lluvia, los primeros seres humanos habitaban en cuevas o abrigos rocosos, o en cabañas construidas con palos, pieles y barro. No tenían residencia fija, sino que eran nómadas; se trasladaban frecuentemente buscando comida, refugio o huyendo de los peligros.

  
  • El descubrimiento del fuego (probablemente de forma accidental por el Homo Erectus hace 1.500.000 años) permitió calentarse, asustar a los depredadores, iluminarse por la noche y, sobre todo, cocinar los alimentos y hacerlos más digeribles (haciendo que el consumo de las proteínas de la carne aumentará el desarrollo del cerebro y la inteligencia)
  
 
  • La fabricación de instrumentos, es decir, la talla de la piedra es uno de los signos que diferencia a la especie humana del resto de animales. Al principio, los seres humanos utilizaban simples piedras talladas (guijarros o cantos rodados) para conseguir un filo cortante. Más tarde utilizaron sílex, una roca dura que al golpearla se rompe en láminas y produce una arista muy afilada. Con ellas fabricaban bifaces, es decir, herramientas cortadas por las dos caras, usados como cuchillos, hachas o lanzas. Pero eran instrumentos muy rudimentarios, poco elaborados.
   

Con el tiempo fueron perfeccionando la talla de las piedras y fabricaron útiles líticos más complejos como raspadores, puntas de lanza, perforadores.... También empezaron a emplear nuevos materiales, como el hueso o el asta e incluso el marfil, con los que hacían anzuelos y arpones para pescar, agujas para coser, y arcos o propulsores para lanzar flechas o jabalinas a distancia.
 


    
     



LA RELIGIÓN Y EL ARTE
Las primeras creencias religiosas parece ser que surgieron de la necesidad de dar una explicación a fenómenos que para los primeros humanos resultaban misteriosos como la vida, la muerte, el crecimiento de las plantas, la lluvia o el día y la noche.
Los seres humanos también buscaron influir sobre los fenómenos naturales mediante ceremonias rituales para propiciar la caza, pedir la abundancia de los frutos o invocar a las fuerzas de la naturaleza.
Hace unos 80.000 años los neandertales empezaron a enterrar a los muertos. En los enterramientos, el difunto iba acompañado de algunos objetos (instrumentos de sílex, adornos, flores…), que se conocen como ajuar funerario.

   
     

Hace unos 40.000 años, sobre las paredes de las cuevas y de los abrigos rocosos, los Homo Sapiens comenzaron a pintar y a esculpir motivos diversos como el perfil de sus manos, extraños símbolos, animales (bisontes, caballos, ciervos, mamuts, rinocerontes…) y también escenas de caza o de la vida cotidiana. Es lo que se conoce como el arte rupestre
 
  
Altamira (Cantabria)
Cueva de Lascaux (Francia)
   
Cueva de Chauvet (Francia)



Cueva de Valltorta (Castellón)
Manos en la Cueva del Castillo (Cantabria)

Se utilizaban técnicas muy variadas. Muchas pinturas son monocromas (de un sólo color) pero otras son policromas (de colores rojo, ocre y negro). Algunas están delimitadas por un trazo grueso negro y otras aprovechan salientes o imperfecciones de la roca para dar sensación de volumen y forma.

Los materiales usados iban desde carbón vegetal y pigmentos minerales machacados hasta arcilla, resina o grasas como aglutinantes. Usaban las manos y los dedos para untar los pigmentos directamente sobre la roca pero también se ayudaban de cañas para soplarlos, plumas o primitivos pinceles. Para iluminarse en la oscuridad de las cuevas probablemente usaban lámparas de piedra rellenas de tuétano.

Existen diversas explicaciones sobre el significado de estas pinturas. Se ha pensado que la pintura rupestre formaba parte de un ritual mágico propiciatorio de la caza. También se cree que las cuevas con pinturas eran santuarios en los que se realizaban las ceremonias rituales, pero es muy difícil averiguarlo.
                                                    
CUEVA DE LA COVACIELLA (ASTURIAS) RECONSTRUCCIÓN 3D (YOUTUBE)

CUEVAS PREHISTORICAS DE CANTABRIA (TOUR VIRTUAL)

VISITA VIRTUAL MUSEO ALTAMIRA

Los hombres y las mujeres del Paleolítico también nos han dejado numerosas muestras de arte mobiliar (conjunto de pequeñas esculturas y objetos pintados). Decoraron pequeñas plaquetas de pizarra o calcita con animales grabados o pintados, propulsores con formas diversas y colgantes de hueso o marfil.
También esculpieron unas pequeñas figuras que se conocen como Venus paleolíticas. Estas estatuillas, elaboradas en piedra, hueso o asta, representan una figura de mujer con una fuerte exageración de las partes del cuerpo relacionadas con la maternidad (pechos, vientre, caderas). Por ello se las ha relacionado con un culto a la fecundidad.