Hace unos 6 millones de años se produjo un calentamiento del clima a nivel mundial que hizo desaparecer grandes zonas de bosque en todo el planeta.
En África, debido a un acontecimiento geológico provocado por un movimiento de placas tectónicas, el continente quedó partido en dos surgiendo una gran falla, el Rift Valley. Al Este algunos primates, aislados de sus parientes del Oeste, iniciaron una lenta evolución para adaptarse a las nuevas condiciones climáticas y sobrevivir en un medio más duro. A lo largo de millones de años fueron evolucionando hasta convertirse en seres prácticamente humanos.
Por eso se les llama homínidos.
- La marcha bípeda (poder caminar con dos pies) y la posición vertical que otorga un mayor campo de visión. Esta forma de locomoción provocó una serie de modificaciones imprescindibles: una columna vertebral casi recta, una pelvis ancha, una rodilla que puede doblarse en un solo sentido, un hueso del talón alargado y un pulgar del pie largo y alineado con el resto de los dedos de los pies.
- Andar de pie permitió liberar las manos, que se convirtieron en instrumentos muy sensibles capaces de manipular los objetos de forma muy precisa. En la mano humana, destaca el pulgar que es alargado, puede rotar con bastante libertad y puede oponerse al resto de los dedos de la mano permitiendo una enorme variedad de movimientos.
- Disminución gradual del tamaño de la cara y de los dientes, aparición del mentón (barbilla) y la frente plana. A medida que avanzamos en el proceso de hominización, los caninos van reduciéndose de tamaño. Además, los dientes que sirven para masticar (premolares y molares) han ido disminuyendo su tamaño progresivamente. Estos cambios provocan una disminución del tamaño de la cara y de las mandíbulas. La cara de los primeros antepasados del ser humano era grande y estaba situada al frente del cráneo, de ahí la ausencia de frente. A medida que los dientes se redujeron y el cerebro aumentó, la cara disminuyó y varió su posición. Así, la cara de los seres humanos actuales está situada debajo, no delante, del cerebro.
- Aumento del tamaño y complejidad del cerebro. La marcha bípeda se adquirió mucho antes de que comenzara el aumento del volumen del cerebro. La mayoría de los seres humanos actuales tiene una capacidad craneal entre 1.300 y 1.500 cm3. En el transcurso del proceso de hominización, el volumen de la masa cerebral se ha triplicado. Ha sido ese aumento del tamaño del cerebro y de su complejidad lo que ha permitido la evolución cultural y técnica del ser humano.
- La adquisición del lenguaje. Paralelamente al desarrollo del cerebro, el lenguaje articulado permitió transmitir información concreta de modo instantáneo. Fue un instrumento perfecto para la evolución cultural del ser humano que le ha llevado a controlar el planeta, adaptando el entorno a sus necesidades, también imprescindible para comunicarse y transmitir sus conocimientos.