LOS DIOSES DE EGIPTO
La religión egipcia era politeísta, es decir, creían en muchos dioses. Cada ciudad o provincia tenía sus propios dioses locales pero, además, varios de ellos eran venerados en todo Egipto.
Sólo durante un breve período, Akhenatón introdujo el culto a un único dios o monoteísta, el disco solar o Atón, pero fue considerado después como un faraón hereje y su hijo, Tutankamón, volvió al culto politeísta renegando de su padre.
El dios principal era el Sol, llamado Ra, al que se le unió Amón, dios de la ciudad de Tebas dando lugar a Amón-Ra.
Osiris era el dios de la resurrección y la regeneración del Nilo pues, según las leyendas, había resucitado después de haber sido asesinado por su hermano Seth, dios de las tinieblas y del desierto, la sequía y la destrucción.
Del matrimonio entre Osiris y su hermana Isis, diosa de la fertilidad y madre de dioses, nació Horus, dios del cielo, representado con cabeza de halcón.
Otros dioses destacados eran Anubis, dios que presidía las momificaciones y conducía a los muertos al más allá, y Thot, inventor de la escritura y dios de la sabiduría.
Los egipcios les rendían culto a todos ellos y a más divinidades. Eran muy supersticiosos y se protegían siempre con amuletos de la influencia de los malos espíritus.
Los dioses habitaban los templos y se reencarnaban en la estatua que se hallaba en el santuario (el templo). Los sacerdotes eran los encargados de rendirles culto y obsequiarles con las ofrendas. Durante las fiestas religiosas, muy numerosas, se sacaba la estatua del dios en procesión sobre la barca sagrada.