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LA CRISIS Y CAÍDA DEL IMPERIO ROMANO

A partir de siglo III d.C., el Imperio tuvo que enfrentarse a una serie de problemas:
  • Las fronteras se volvieron inseguras a causa de los continuos ataques de los pueblos germánicos (bárbaros).
  • La autoridad imperial se debilitó y fueron frecuentes las revueltas contra el emperador. Los jefes militares aumentaron su poder y se hicieron cada vez más poderosos en las provincias.
  • Se produjo un descenso de la producción agrícola y minera, un estancamiento del comercio por los ataques bárbaros y un empobrecimiento de la población.

En el año 395 d.C.para facilitar su defensa, el emperador Teodosio dividió el Imperio entre sus hijos, Arcadio y Honorio. A partir de ese momento quedaron separados el Imperio romano de Occidente y el Imperio romano de Oriente.
 

En el Imperio de Oriente o Bizantino el emperador supo mantener su autoridad y defender las fronteras, y el Imperio sobrevivió hasta prácticamente el s. XV.
En Occidente, en cambio, la decisión de Teodosio fue insuficiente para salvar el Imperio.
Constantino I decretó el fin de las persecuciones contra los cristianos (Edicto de Milán, 313) y él mismo se convirtió al cristianismo al final de su vida.
A finales del siglo IV, el emperador Teodosio hizo del cristianismo la religión oficial del Imperio. Con el tiempo, el cristianismo se expandió por todo el Imperio.
principios del s. V, los pueblos germánicos traspasaron las fronteras y entraron en el Imperio occidental empujados por un pueblo llegado de Asia central, los hunos, al mando de Atila.
Los pueblos invasores (suevos, vándalos, alanos, visigodos...) se fueron instalando en las tierras de Occidente y crearon reinos independientes.
La caída del último emperador romano de Occidente, Rómulo Agústulo, un niño de 10 años en el 476 d.C. marca el fin de la Antigüedad y el inicio de la Edad Media.